Restaurante Sopa / Barcelona

Un restaurante urbano, abierto y luminoso en el distrito 22@ de Barcelona

Fotografía: Ignasi Casas
Ubicación

Frente al Museo Can Framis, en el barrio 22@ de Barcelona, en Poblenou. Ocupa la planta calle a tres vientos de un edificio de viviendas de obra pública, construido en 2011 en la confluencia de Roc Boronat y Sancho de Ávila, siguiendo criterios de sostenibilidad y eficiencia energética muy rigurosos, por lo que mereció el Gran Premio Endesa a la promoción inmobiliaria más sostenible de 2012.

Encargo

Consistió en diseñar un restaurante urbano para comer sano y rápido, abierto, sencillo y luminoso, con un presupuesto muy ajustado. Un entorno relajante, entendido como centro de reunión alrededor del concepto de vida sana, que incluye la comida vegetariana/vegana/macrobiótica, el yoga…

El propietario cuenta con otros dos restaurantes Sopa en Madrid y Bali.

Actuación

La fachada, de 300 m2, se abrió completamente a la calle. En todo el perímetro, en vez de cerramientos fijos, se optó por cristaleras correderas de aluminio de doble hoja vertical, para permitir -en verano- la circulación del aire y la ventilación cruzada de manera natural, aunque varios ventiladores de techo contribuyen a refrescar el local. La transparencia perimetral conecta el interior con la calle, sugiriendo la idea de plaza donde pasan cosas: empleados de las oficinas circundantes que desayunan en Sopa aprovechando la conexión wi-fi, madres con niños a la hora de la merienda, gente que toma algo antes o después de practicar yoga... siempre con la sensación de estar al aire libre.

Rodeando las ventanas encontramos una barra orientada hacia el exterior con taburetes, que evoluciona en un banco para sentarnos mirando hacia dentro e incluso hacia fuera cuando están abiertas.

La cocina se vinculó a la barra de atención al público mediante una ventana pasaplatos. Esta organización responde a una dinámica concreta: el cliente escoge la bebida de una nevera situada en la entrada y luego, en la barra, realiza su comanda. Al otro lado de esta barra, el espacio acoge en estanterías una exposición de productos a la venta (alimentación ecológica, artesanía y joyas). Desde esta zona parte un pasillo distribuidor que conduce a una oficina, los vestidores/duchas para hombres y mujeres separados únicamente por taquillas, los baños y la sala de yoga, a la que se puede acceder desde el restaurante y desde la calle.

Las mesas (algunas comunitarias, otras más pequeñas que se pueden agrupar al gusto), barras y estantes se construyeron a medida con tablones y baldas de madera de pino barnizada al agua de 5 cm de grosor y estructura de hierro. Una de las mesas colectivas se halla suspendida entre dos pilares.

Los materiales y mobiliario utilizados se ajustan a las limitaciones de un proyecto low cost sin perder el carácter de lo sencillo y esencial. Suelo de hormigón pulido, paredes de ladrillo pintado directamente, cerámica blanca brillante de 20 x 20 cm aplicada en la barra principal y en los aseos. Y completando la imagen del lugar, unas lámparas traídas de Bali y distintos modelos de sillas de escuela, compradas en lote.