Divina Vanidad / Barcelona

Soluciones innovadoras para un nuevo concepto de centro de estética

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Fotografía: Stephan Zaehring
Encargo

Estos fueron algunos de los requisitos de los propietarios del centro de estética:

  • Aprovechar al máximo las estructuras e instalaciones del local original, originalmente una oficina a pie de calle, con una planta rectangular de unos 50 m2 aprox distribuidos sobre una planta rectangular.
  • El presupuesto debía ser lo más ajustado posible, rentabilizando al máximo el espacio y sin realizar grandes obras o intervenciones que supusieran una gran inversión.
  • La distribución debía aprovechar el espacio y, al mismo tiempo, debía resultar prácica y ergonómica para asegurar la comodidad de los clientes y la máxima operatividad de las esteticistas.
  • Era necesario crear dos zonas, una de manicura y otra de pedicura, con 3 ó 4 puestos por cada zona, más el mostrador, y una pequeña parte de escaparate o exposición de producto.
Proyecto

A nivel de distribución, el objetivo era aprovechar al máximo el espacio y asegurar también la visión desde todo el escaparate frontal.

La solución pasó por situar las dos zonas de trabajo como dos grandes áreas paralelas: una barra en primera posición para la manicura y una tarima-escenario al fondo donde se ubica la zona de pedicura. Esta distribución es la mejor forma de ordenar el espacio, asegurando una buena circulación de los clientes y dejando a las esteticistas en el centro del salón que pueden moverse libremente entre una zona de trabajo y otra.

Una barra para las uñas
La originalidad del proyecto se encuentra en la zona de manicura: se diseñó como una barra lineal donde se suceden cuatro asientos y donde se puede ofrecer un servicio rápido y de calidad con la clienta y la esteticista a ambos lados de la barra.

Una tarima para la zona de pedicura
Justo detrás de la barra, presidiendo el espacio, se diseñó una tarima escenario de 2x 5 m de largo donde se sitúa la zona de pedicura. Las tres posiciones de pedicura vienen marcadas por tres fregaderos de acero inoxidables, empotrados en el escalón, que aseguran la máxima ergonomía y comodidad de un servicio de pedicura: lavado, visión frontal del pie y situación horizontal para pintar las uñas. Tres grandes puffs blancos sirven de asiento y potencian la estética informal y joven pero al mismo tiempo cómoda y de nivel que caracteriza el resto del proyecto.

Azul y blanco
Para el color, se buscaba un azul intenso que diera la sensación de “estar en el cielo”, envolvente, relajante pero que no fuera infantil ni demasiado suave. Se pintó todo el esapcio como una caja muy envolvente, del mismo tono. El pavimento es de parquet, y el resto del mobiliario (tanto el realizado a medida como las piezas exentas) son blanco brillante. El dúo de colores, azul y blanco, juega también con el nombre del salón “Divina Vanidad” y con la idea de estar en en el “cielo”, creando por un lado un ambiente limpio y relajante (el azul) y, también, vanidoso y sofisticado (blanco brillante).

Instalaciones ocultas
Para crear un ambiente limpio y lineal todas las instalaciones se ocultan dentro de la barra y de las paredes que dejan una pequeña hornacina a ambos lados donde exponer el producto si es necesario. El resto del espacio cuenta con un pequeño mostrador, un asiento a la entrada y un espejo. Incluso el escaparate se ha realizado con tres columpios de cuerda y madera que juegan con la idea de suspenderse en el cielo. Es un buen recurso para un escaparate que no debía competir con el interior del centro de estética. Sólo una ligera cortina de hilo permite crear intimidad a una parte del salon, al mismo tiempo que deja entrever lo que pasa dentro del salón.